El reversazo de Trump para la cooperación y los derechos humanos

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Bogotá, Febrero 6 / 2025.- Suspender la transferencia de recursos destinados a la ayuda exterior por un plazo de 90 días, es una decisión del gobierno de Donald Trump que tiene impacto significativo en el trabajo de ayuda humanitaria y cooperación al desarrollo que se adelanta en distintas partes del mundo.

Esta decisión excluye a los programas de alimentos de emergencia y la ayuda militar a Israel y Egipto.

La suspensión de la ayuda exterior -que hace parte del paquete de órdenes ejecutivas firmadas por el presidente de Estados Unidos, en su primer día de gestión- no facilita la continuidad de distintos proyectos que promueven el bienestar de las comunidades.

Otras medidas que hace parte del paquete y que van en contravía de los avances en relación con los derechos humanos son los procesos de deportación masiva y la retirada de Estados Unidos como país miembro de la Organización Mundial de la Salud.

Otra excepción humanitaria

El pasado 29 de enero, el Secretario de Estado, Marco Rubio, informó sobre la aprobación de una “Exención Humanitaria de Emergencia”, que facilita el acceso al tratamiento para el VIH que financia Estados Unidos en 55 países, a través del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del SIDA (PEPFAR), principal iniciativa mundial contra el VIH.

El propósito de la medida es dar el tiempo requerido para que el Departamento de Estado y la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca revisen todos los programas para determinar si están en línea con los objetivos políticos de la administración Trump.

Al respecto, el Secretario de Estado, Marco Rubio, explicó al Comité de Relaciones Exteriores del Senado que cada programa que se financia debe responder a tres preguntas: “¿Hace que Estados Unidos sea más seguro? ¿Hace que Estados Unidos sea más fuerte? ¿Hace que Estados Unidos sea más próspero?”.

La medida busca garantizar que todos los programas de cooperación sean eficientes y estén alineados con la política exterior, en el marco de la agenda América First.

El Departamento de Estado estadounidense señaló a distintos medios informativos que la medida busca garantizar que todos los programas de ayuda exterior sean eficientes y coherentes con la Política Exterior de Estados Unidos en el marco de la agenda America First.

El finalizar el plazo de 90 días, se decidirá cuáles programas se cierran y cuáles requieren ajustes.

Marco Rubio, Secretario de Estado

En el caso de Colombia, la ayuda designada para 2024 ya fue aprobada en la Ley de Asignaciones del Congreso estadounidense y su cancelación definitiva requiere de la aprobación por parte de esa cámara.

Suspender la transferencia de recursos por 90 días afecta la continuidad de las actividades que desarrollan organizaciones sociales, centros de estudio, instancias de Naciones Unidas y entidades gubernamentales, tales como la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Agencia Nacional de Tierras (ANT) y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Al respecto, el especialista en relaciones internacionales Camilo González, en diálogo con el diario El Colombiano, dijo que esta situación afecta el alcance de proyectos de educación y salud en zonas periféricas del país.

A su turno, Elizabeth Dickinson -analista del International Crisis Group- consultada por el diario El Espectador, precisó que hay muchas dudas y que el impacto del congelamiento de los recursos “puede ser enorme”. Agregó que encontrar nuevos donantes no es tarea fácil, ya que las crisis humanitarias a nivel global están en un punto crítico y eso dificulta la distribución de fondos.

En un comunicado que emitió Oxfam América, su directora Abby Maxman señaló que esta decisión afecta a familias en todo el mundo. “Al suspender la asistencia al desarrollo extranjero, el gobierno de Trump está amenazando las vidas y futuros de comunidades en crisis (…)”.

Por su parte, la organización no gubernamental Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) precisó que la interrupción de recursos afecta iniciativas de desarrollo, seguridad y derechos humanos. Agregó que la decisión genera dudas sobre la confiabilidad de Estados Unidos como socio en la región.

Un informe de WOLA señala que “La pausa preventiva de vastas cantidades de ayuda exterior estadounidense, sin previo aviso y sin garantías de que los programas se reanudarán, no tiene base en la ley estadounidense y socava la confianza de otros gobiernos”.

Respecto de Colombia, WOLA expresa que recortar la ayuda va en contra de los intereses de Estados Unidos en temas como migración, seguridad y paz. Precisa que el resultado podría ser la pérdida de un cuarto de siglo de inversiones en ayuda estadounidense y la pérdida de un socio clave en la búsqueda de soluciones a la crisis política y humanitaria venezolana.

A nivel de país

María Claudia Lacouture, Presidenta Ejecutiva de la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia) dijo que Colombia es uno de los principales receptores de ayuda estadounidense en América Latina e instó al gobierno para que adelante diálogos activos que contribuyan a proteger esa ayuda. Agregó que la cooperación es una inversión en seguridad, estabilidad y desarrollo.

León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), señaló que la diplomacia colombiana debe demostrar que el trabajo de las organizaciones sociales (ONG) en Colombia tiene impacto en Estados Unidos.

“Hay que hacerles entender que no es un regalo que hace Washington a nuestro país. La cooperación surge porque estamos tratando de resolver un problema creado por ellos con su alta demanda de narcóticos y su política prohibicionista”.

Al cierre de esta nota, el mundo conocía que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) suspende la contratación de personal considerado no esencial tanto en sus oficinas nacionales como en las delegaciones en otros países.

Marco Rubio anunció desde El Salvador que a partir del 5 de febrero es el director encargado de USAID y que buscará que la agencia se fusione con el Departamento de Estado, entidad que él dirige.

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