Consumo de sustancias psicoactivas: ¡El cambio es ahora!

Es el tiempo de la gente

Bogotá, junio 26 de 2025.- La política prohibicionista que busca restringir el consumo de sustancias psicoactivas, ha generado estigmatización de personas, vulneración de derechos y situaciones de salud pública que demandan atención. En otras palabras, la llamada “guerra contra las drogas” no logró su propósito.

En respuesta a esa situación, desde hace algunos años distintas organizaciones proponen una estrategia alternativa que respete los derechos de las personas y contemple aspectos de salud pública: Prevención de riesgos y reducción de daños.

Etapas del relato

Una alternativa para informarte: Escuchar el relato de la historia.

Breve recorrido por la historia del consumo

Conocer el antes y el ahora ofrece información del contexto en el que se ha desarrollado el consumo de sustancias psicoactivas en el transcurso de la historia. El trayecto por esa crónica facilita comprender la relevancia y el impacto del consumo de SPA en el presente. 

Con ese propósito, ofrecemos la oportunidad de transitar por los momentos clave de esa crónica.

Antropólogos e historiadores señalan que el uso de sustancias psicoactivas se registra desde los primeros indicios del ser humano. 

En tiempos del 2000 AC. se encuentran evidencias del cultivo de hoja de coca en Ecuador y Perú. Respecto del uso de cannabis, la referencia más antigua data de 2700 AC. en China1. En el año 4000 AC. se cultivó la adormidera en Mesopotamia2

Estas huellas del uso ancestral de sustancias psicoactivas revelan que el interés por controlar su consumo es de tiempos posteriores. Las investigaciones que se han adelantado en ese campo, ubican las primeras acciones de control en el Siglo VII3.

A principios del Siglo XX, Charles Henry Brent -obispo de la Iglesia Episcopal- convenció al entonces presidente de Estados Unidos, Theodore Roosvelt, de prohibir el uso no terapéutico de las drogas, justificando que su consumo es moralmente sancionable por su vinculación con la búsqueda del placer.

Como producto de esa intervención del obispo, en 1906 se firma la primera ley federal de regulación de drogas (Pure Food and Drug Act) para proteger a las comunidades de los efectos nocivos del abuso de drogas, principalmente del opio y sus derivados. 

Por injerencia del obispo Brent, la tendencia restrictiva para el consumo de las drogas se extendió internacionalmente a un ritmo veloz. Él participó, en representación de Estados Unidos, en distintos eventos internacionales que incidieron en el abordaje del tema. 

Las medidas contra el consumo de las drogas facilitaron el paso de un mercado libre y legal a un escenario de regulación y control. En el contexto de prohibición y castigo, se hace visible el interés de la industria farmacéutica, teniendo en cuenta el uso que se puede dar a algunas de esas sustancias en la producción de medicamentos, caso de los opiáceos y su potencial analgésico y anestésico.

En otras palabras, el sistema internacional de prohibición y fiscalización de las drogas ha evolucionado con esa ambigüedad entre el principio moral y los intereses económicos. 

La guerra contra las drogas lleva más de 50 años. Se popularizó después de una conferencia de prensa de Richard Nixon, presidente de Estados Unidos, en junio de 1971, cuando declaró el abuso de drogas como “el enemigo público número uno”. Las acciones y conflictos relacionados con el narcotráfico. En Colombia, esta guerra se intensificó en 1984, tras el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla, quien fue Ministro de Justicia4.

La guerra contra las drogas desarrolla su acción en distintas formas: criminalización de las personas que las consumen; reducción de la oferta al destruir los cultivos y los laboratorios de producción; lucha contra el tráfico; y persecución de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan para apoyar a las personas que usan drogas, porque -según la visión de esta guerra- estimulan su consumo mediante la promoción de herramientas de reducción de daños.

Esto ha generado vulneración, estigmatización, exclusión social, problemas de salud pública, mezcla de drogas con sustancias peligrosas, sobredosis y homicidios, entre otros efectos. En otras palabras, mayores riesgos y daños. 

Además de los cuestionamientos por sus efectos sociales, el mismo concepto de droga ha sido puesto en tela de juicio desde la perspectiva filosófica.

Jacques Derrida señaló en 1995 que “el concepto de droga es un concepto no científico, instituido a partir de evaluaciones morales o políticas: lleva en sí mismo la idea de norma o prohibición. No soporta ninguna posibilidad de descripción o constatación, es una consigna y, la mayoría de las veces, es prohibitiva”.5

Las políticas represivas son aliadas de la infección por VIH, las hepatitis virales y las epidemias de tuberculosis, ya que dejan a los usuarios de sustancias psicoactivas (SPA) en una situación vulnerable y dificultan el acceso a las estrategias de reducción de daños y a los tratamientos. Además, generan obstáculos para las acciones de prevención que se adelantan desde las organizaciones comunitarias, las cuales -con frecuencia- son señaladas por mostrar las drogas desde una perspectiva de salud pública y derechos humanos.

La guerra contra las drogas: un fracaso

En diciembre de 2024, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, señaló la necesidad de cambiar el enfoque de la política mundial sobre drogas, a otro basado en los derechos humanos6. Precisó que la ruta prohibicionista se aplica desde hace varios años, sin lograr una reducción en el consumo, ni en el tráfico y delincuencia relacionada con la situación.

«La llamada guerra contra las drogas ha fracasado, total y absolutamente. Estas políticas sencillamente no funcionan y estamos fallando a algunos de los grupos más vulnerables de nuestras sociedades (…) Estamos abocados al fracaso si no garantizamos su participación real en la formulación y aplicación de la política de drogas», precisó Türk en su intervención durante la segunda conferencia de drogas Dealing with Drugs, que se realizó en Varsovia.

El Alto Comisionado enfatizó la necesidad de dar prioridad a la salud, la dignidad y la inclusión, con foco en las personas. Agregó que las medidas de reducción de daños son esenciales para prevenir las muertes por sobredosis; cambiar el castigo y la sanción al consumo por tratar a la persona y brindar apoyo para la reinserción social, lo cual incide en menor número de infecciones relacionadas con el uso de SPA.

No obstante, la línea de cambio que expresa el Alto Comisionado no representa novedad alguna. Desde hace ya cinco décadas, los movimientos comunitarios han venido incursionando en este terreno de gestión social y de salud, implementando estrategias de reducción de daños que muestran resultados positivos.

Volker Tülker, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos / Fotografía: ONU

Colombia: 10 aspectos que debe incluir en su política de drogas.

En 2022, el Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (CESED)8 de la Universidad de Los Andes, señaló que la política de drogas en Colombia ha sido un fracaso y agregó que el consumo de sustancias psicoactivas se ha incrementado, junto con la violencia asociada a las intervenciones para reducir la producción, situación que afecta a los grupos más vulnerables.

A través del documento titulado 10 puntos para una nueva política de drogas, el CESED compartió distintos aspectos que sugirió para la política de drogas, a partir de la evidencia científica disponible en ese momento:

  1. Discusión global sobre la regulación de la cocaína.
  2. Control efectivo de la oferta.
  3. Intervenciones integrales y planificadas.
  4. La política de drogas debe proteger a las comunidades.
  5. Regulación del uso adulto y recreativo del cannabis.
  6. Sobrepoblación de las cárceles.
  7. Salud pública para el consumo problemático.
  8. Investigación científica de la hoja de coca.
  9. Microtráfico.
  10. Evaluación de la política de drogas.


El Centro de Estudios consideró que el enfoque no prohibicionista es una oportunidad para avanzar en el tema, ruta en la cual ya han avanzado otros países.

Agregó en su documento que es importante implementar un enfoque de salud pública para atender a las personas que presentan consumos problemáticos, a través de la reducción de daños.

Otro aspecto relevante es garantizar la seguridad territorial con mecanismos que se enfoquen en la protección de los líderes sociales.

Perspectivas de la Sociedad Civil

En el desarrollo de este relato es necesario vincular la voz y punto de vista de la Sociedad Civil, pues son las personas quienes dan vida a cada episodio de la historia.

Dialogamos con tres líderes sociales, quienes compartieron sus expectativas y puntos de vista respecto del consumo de SPA: Levinson Niño Leal, antropólogo, investigador y activista en política de drogas; Fabián Betancourt, investigador social, activista y gestor del grupo de apoyo Parche Dulcero; y Víctor Esteban Amortegui, sociólogo crítico del sistema de normas y valores, y activista social.

Bogotá: ciudad anfitriona de las voces internacionales

En abril de 2025,  la capital colombiana fue la sede de dos encuentros internacionales que abordaron el consumo de sustancias psicoactivas y enviaron su mensaje a la comunidad internacional: La Conferencia Internacional sobre Reducción de Daños  el Encuentro de Innovación Social y Respuesta Comunitaria al VIH

Conferencia Internacional sobre Reducción de Daños

Convocada cada dos años por la organización británica sin ánimo de lucro Harm Reduction International, tuvo su encuentro en Bogotá y reunió a profesionales de la salud, representantes de Naciones Unidas, personas usuarias de SPA, personas que ejercen trabajo sexual y otras que laboran en el sistema de justicia penal. Es la primera vez que este evento se desarrolla en un país latinoamericano cuyo idioma oficial es el español.

La edición 2025 de la conferencia, cuyo tema eje fue “Sembrando Cambios para Cosechar Justicia”, se inspiró en los esfuerzos de Colombia para reformar las políticas de drogas y la transición de la región hacia el abordaje de problemas relacionados con las drogas, a través de la salud pública, la justicia social y la sostenibilidad ambiental.

También se destacó la gestión de Colombia para coordinar una coalición de Estados y organizaciones de la sociedad civil que promueven la revisión de la política internacional del control de drogas.

Colombia logró posicionar la adopción de una resolución en la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas (CND) para hacer la primera revisión externa independiente del sistema internacional del control de drogas. El Panel de Expertos elaborará un documento de recomendaciones para mejorar la implementación de los tratados y las obligaciones internacionales.

En su declaración final, la Conferencia Internacional solicitó al gobierno de Colombia que apoye la creación, establecimiento y funcionamiento del Panel de Expertos. También se invitó a otros Estados para que se vinculen a esta iniciativa

El encuentro reunió a personas vinculadas a las 10 redes latinoamericanas que participan en el proyecto Alianza Liderazgo en Positivo y Poblaciones Clave (ALEP), con el apoyo de la Facultad de Ciencias Sociales y el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (CIDER) de la Universidad de Los Andes.

En el evento, los participantes dialogaron e intercambiaros experiencias sobre el consumo de SPA.

Al cierre del encuentro compartieron un documento en el que señalan que se enfrentan políticas prohibicionistas y abordajes clínicos obsoletos que no permiten que las personas que usan drogas y la comunidad en general tengan acceso a información clara y confiable. También se generan barreras a para acceder a los servicios de salud y no se facilita el diálogo franco y abierto en los servicios que permitan acoger y apoyar a las personas.

Precisa el documento que las estrategias centradas en la abstinencia no tienen en cuenta la existencia del autocuidado comunitario como una potente herramienta social de bienestar y cambio.

Las y los participantes en el encuentro expresan que la política pública debe ser co-diseñada con las personas que consumen drogas. Además, la formación ética y en reducción de daños debe ser parte de los currículos universitarios de salud, con énfasis en salud mental y derechos humanos.

La declaración de Volker Tülker (2024) está en la misma línea del concepto que compartió el CESED de la Universidad de Los Andes en 2022: La política prohibicionista, la “guerra contra las drogas” es una estrategia que fracasó en su intento.

Las organizaciones sociales que trabajan en la línea de la reducción del daño ha logrado avances significativos a través de estrategias que hacen prevención, facilitando a las personas la información necesaria y tomen decisiones conscientes e informadas. El cambio es ahora. Es el tiempo de la gente. 

1-Chouvy. (1997) Des plantes magiques au développement économique. L’Espace Politique. Recuperado de https://tinyurl.com/2549m78o

2- Dugarin Jean, Nominé Patrice (1988) Toxicomanie: historique et classifcations. Toxicomanies: alcool, tabac, drogue (Adicción: historia y clasificaciones No.4) Recuperado de https://tinyurl.com/25yvbnv9 

3- En el Siglo VII, la Ley Islámica (ley sharia) prohibía el uso de sustancias tóxicas. En el Siglo XIII, el emir de Egipto intento prohibir el uso del cannabis. En el Siglo XVII aparece el concepto “sustancia viciosa”, sugerida por el economista Jean-Baptiste de Montyion, quien propone gravar con impuestos el comportamiento inmoral.

4- Count the cost (sf) La guerra contra las drogas: Socavando el desarrollo y la seguridad internacional, incrementando el conlficto / Recuperado de https://tinyurl.com/2y7l6shv

5- Derrida, Jacques. (1995) Retóricas de la droga. Revista Colombiana de Psicología – Número 4. Publicación del Departamento de Psicología de la Universidad Nacional de Colombia.

6- Naciones Unidas / Noticias ONU (2024) La guerra contra las drogas ha fracasado totalmente, dice el responsable de la Oficina de Derechos Humanos / Recuperado de https://tinyurl.com/25uu7rln 

7- Coalition Plus (2018) Just say no to the war on drugs / ¿Cómo la guerra contra las drogas nos está enfermando?

8- Universidad de Los Andes / Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (2022) Nota Macroeconómica No.37 / Edición Especial Debate Electoral / 10 puntos para una nueva política de drogas

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